martes, 10 de septiembre de 2013

Cómo correr un Maratón

Debido a conversaciones en un foro ante las preguntas de cómo es mi entreno para las competencias, surgió la idea de escribir algo de lo que hago, en este caso, mi preparación y participación en el Maratón de la Ciudad de México. Esto es sólo mi experiencia, no pretendo hacer una receta de qué hacer antes y durante una competencia.

42.195Km es la distancia anhelada por muchos que inician en las carreras, meses hasta años para dar forma a esta idea, sueños, luchas, lágrimas, desvelos, caídas y el levantarse recorren por cada uno de quienes asumen este compromiso.

Cuando empecé a correr siempre tuve que lidiar con frases que escuchaban en torno a mí, tengo los pies planos y por ello no debía correr ni podía hacer deporte, al fin y al cabo mi pasión por el fútbol me mantuvo ahí.  

Muchos apuestan muchas horas de entrenamiento, horas en el gimnasio, para hacerse más fuerte cuando le toque estar ahí, por mi parte consideraba que no estaba para dedicar tanto tiempo y seguir planes tan estrictos para tener un desempeño aceptable.

De acuerdo a la experiencia vivida en mi infancia y también a mis conocimientos en psicología pude concluir que las respuestas físicas están muy relaciones con lo mental, de ahí quizá el miedo a no poder porque aprendemos a ser débiles y tal vez por eso estamos en esto para sobre ponernos a ello.

Así de esta forma, mi entrenamiento consistió en un trabajo físico-mental, creer en tu cuerpo es creer en ti, en lo que estás haciendo, es pensar y ver al cuerpo como la máquina más fuerte a la que alimento con el combustible de mi energía y que se expresa así porque la fortaleza la establezco desde ahí a cada parte de ella, en adelante sólo eso nos une, la comunicación coherente de lo que pienso una totalidad hacia la consecución de lo perseguido.

Cuando uno está, incluso desde antes, inmerso en el Maratón, al miedo a la cercanía, y el pensar se llena remotamente de mensajes negativos, es cuando comienza el cuerpo a desfallecer, sí bien es cierto es necesario cuidar ciertos detalles, haber entrenado, los tenis apropiados para una carrera larga, alimentarse e hidratarse cada cierto tiempo, el cuerpo se va haciendo cada vez más débil, comienza a dolerte todo, a recordar que hace un tiempo atrás se tuvo una lesión en esa parte, en fin se comienza a invadirse todo lo malo en uno.

Por lo demás detalles no suelo consumir geles ni cosas similares, porque eso me hace estar lejos de mi propósito,  si quiero hacer fuerte a mi cuerpo con ello, le estaría expresando una debilidad, le estaría diciendo no confío en mí y por tanto tampoco en ti, siempre aprendemos que cuando estamos enfermos de gripa debemos recurrir a tal medicina, es decir no dependemos de nosotros mismos, de nuestros propios recursos.

El cuerpo es sometido a estrés en cada momento que transcurre los pasos, comenzamos entonces a detenernos, parece que poco a poco nos damos por vencidos, el dolor más que indicarnos lo débil que está el cuerpo debe ser más bien un indicador de que es lo que debo y puedo hacer, seguramente en ese momento la postura ya no es la mejor, te está diciendo algo, hay que levantar ese cuerpo, erguirlo será la cuestión, comunicarse con el cuerpo y llenar el pensamiento de imágenes agradables, positivas.

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